Summery
El centralismo tiene la ventaja de que los recursos se utilizan de forma óptima. Todo se decide, se aplica y se termina en un solo lugar. Si hay que cambiar algo, se hace en un solo lugar y, por tanto, se aplica inmediatamente. La desventaja es que el centro hace que las zonas exteriores estén muy alejadas: las rutas de transporte son muy largas y, por lo tanto, la logística tiene que someterse a un gran esfuerzo. Si se produce una avería, ya sea por decisiones erróneas o por la interrupción de las obras por cualquier motivo, todo el proyecto tiene que quedar en pausa. Además, todas las excepciones a todas las condiciones locales deben tenerse en cuenta en la oficina central en este punto.
Los sistemas descentralizados tienen la ventaja de que se adaptan al entorno local, mantienen las distancias muy cortas y, en caso de que un sistema falle, los sistemas circundantes pueden ayudar. El problema es que son sistemas redundantes, cada uno de los cuales consume sus propios recursos y provoca una duplicación de esfuerzos.
Cuando los dos sistemas trabajan juntos y se combinan las ventajas, el resultado son sistemas a prueba de fallos que no consumen muchos recursos ni requieren largas distancias de transporte. Para lograrlo, es necesario que la información se transmita rápidamente y que la cooperación funcione muy bien. A diferencia de nuestro sistema actual, en el que sólo se benefician de este tipo de colaboración grupos propios (empresas), en Helfa debe darse en todos los ámbitos. Esto permite una colaboración abierta, no excesivamente redundante y transversal entre los distintos grupos o incluso entre todos ellos.
Ejemplos de este tipo de trabajo serían:
Grupos Helfa, redes eléctricas, asistencia de emergencia, seminarios, almacenamiento de bienes, intercambio de información.